Psiquiatras indignados por sentencia que defiende libertad de expresion y derecho a la informacion

Esta es la sentencia de la Audiencia de Madrid que ha indignado a los psiquiatras

Articulo escrito por SOLEDAD VALLE, derechos de EL MUNDO.

Defiende la libertad de expresión de dos sociedades -una de ellas reconocida de utilidad pública- que califican a la Psiquiatría de pseudociencia. Los psiquiatras han recurrido al Supremo

Esta es la sentencia de la Audiencia de Madrid que ha indignado a los psiquiatras
SHUTTERSTOCK
Informe Hacia una psiquiatría de precisión: los nuevos fármacos que están transformando la depresión y la esquizofrenia
Ganaron el juicio en el Juzgado de Primera Instancia número 59 de Madrid. En una sentencia con fecha de noviembre de 2021, el juzgado de Madrid admitió la demanda de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) contra Citizens Commission on Human Rights y su homóloga en España la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España, organizaciones sin ánimo de lucro fundadas por la Iglesia de la Cienciología y el psiquiatra Thomas Szasz.

Entonces, la justicia reconoció que las organizaciones ligadas a la Iglesia a la que pertenece Tom Cruise estaban cometiendo "una intromisión ilegítima" y "lesionando el honor de todos los psiquiatras miembros de la SEP" con el contenido de las publicaciones en sus páginas webs. Mandó retirar estos contenidos y los ejemplares físicos de esas informaciones. Con la condena al pago de las costas a las dos demandadas.

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Además, los psiquiatras de la SEP -que en la actualidad es la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM)- en su reclamación judicial destacaron que la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España fue declarada como asociación de utilidad pública en 2009 y es independiente financiera y jurídicamente de la Citizens Commission on Human Rights.

¿Qué decían y dicen esas informaciones publicadas en las webs: www.cchr.org.es y www.ccdh.es? Apunten: calificaban a los psiquiatras de "delincuentes, agresores sexuales, precursores de genocidios, responsables de la erosión de la educación y la justicia, incitadores a la drogadicción, narcotraficantes, practicantes fraudulentos...". Y sigue la retahíla de descalificativos por los que la SEP demandó a estas sociedades.

Pero la sentencia de instancia fue recurrida por las sociedades de la Iglesia de la Cienciología y, en este caso, la Audiencia Provincial Civil de Madrid ha revocado el fallo, con una sentencia en la que hace prevalecer la libertad de expresión al derecho al honor. Es decir, da la razón a las sociedades de la Cienciología.

Eso sí, admiten que las expresiones utilizadas contra estos profesionales de la medicina son "muy ácidas". En concreto, la sentencia de la Audiencia de Madrid analiza siete informaciones que son las que no habrían "caducado". Es decir, las que entre la fecha de su publicación y la demanda de la SEP no habían transcurrido los cuatro años hábiles para reclamar en vía judicial.

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La Audiencia juzga una por una las siete informaciones donde los psiquiatras y su trabajo queda duramente cuestionado, ponderando los dos derechos fundamentales en conflicto: "El derecho al honor y el derecho a la libertad de información y de expresión".

En el juicio final de cada una de estas informaciones se impone la libertad de expresión y de información. Sin embargo, en las palabras que utiliza el tribunal para justificar su decisión se puede entender la indignación que esta sentencia ha generado en los profesionales de la Psiquiatría. Estas son las informaciones que se repasan en la sentencia:

PRIMERA: EL PSICÓPATA
Los magistrados destacan las afirmaciones que dicen: "La Psiquiatría es una pseudociencia, que no logra curar las enfermedades mentales y que con sus tratamientos, muchas veces impuestos sin contar con la voluntad de los interesados, se perjudica gravemente a las personas, se hace un símil entre el psiquiatra y el psicópata en cuanto considera que ambos perjudican a las personas".

Pero aclaran que estas frases se enmarcan "dentro de las teorías antipsiquiátricas" de las asociaciones demandadas. Y estas teorías son "perfectamente conocidas por todos los psiquiatras" y "no pueden dañar el honor de los profesionales". En todo caso, añaden que, esas afirmaciones "quedarían amparadas en el derecho de la libertad de expresión".

SEGUNDA: NI LAS FARMACÉUTICAS NI LOS MÉDICOS
En este contenido de las citadas webs, a los psiquiatras se "les niega autoridad médica y se les imputa que inventan enfermedades mentales para recibir pagos de las compañías farmacéuticas".

Dice la información: "Las farmacéuticas no podrían haber vendido nada que alterase la mente sin la creación y aprobación de estos trastornos y enfermedades mentales de los psiquiatras...".

Ante estas evidencias, los magistrados advierten que "algunas de las frases o expresiones que se señalan como ofensivas podrían dar a entender que en la conducta de los psiquiatras prima el lucro económico sobre el fin curativo y terapéutico, pero no creemos que podemos aceptar que el derecho al honor deba prevalecer cuando se enfrentan al derecho a la libertad de expresión en el campo de la salud".

De modo que, señalan los magistrados de la Audiencia de Madrid, "aunque podamos admitir que en el reportaje existen ciertos excesos y comentarios respecto a los psiquiatras que pueden calificarse de abruptos y ácidos, mantenemos la primacía de la libertad de expresión, ya que aparecen como una forma de reforzar la crítica y se encuentran vinculados al objetivo protegido por la libertad de expresión".

TERCERO: LA PSIQUIATRÍA, UNA HISTORIA DE FRACASO
Entre las perlas que recoge este tercer contenido se dice que "los psiquiatras siguen recurriendo a diversos métodos en los que se aplica la fuerza con el objeto de abrumar a los individuos en lo físico y en [ get more info ] lo mental y que la Psiquiatría destruye vidas". Aseguran que estos profesionales tienen "entre los profesionales médicos una reputación bastante desfavorable". Y se les califica de "torpes y de segunda clase".

En este punto, el artículo aborda los "internamientos forzosos e involuntarios", sobre los que el tribunal razona "que se siguen practicando" y esto es algo que "no admite discusión".

Tampoco aquí los magistrados ven una "intromisión ilegítima en el derecho al honor de los miembros de la SEP". Aunque, la sentencia admite que en el artículo analizado "es cierto que parece afirmarse que prima en la actuación de los psiquiatras el poder de sumisión respecto a los pacientes sobre la finalidad curativa, pero ello se enmarca en las teorías que hacen una crítica general a la psiquiatría, a la que califican como sistema de control social, crítica que no debe sorprender a los miembros de la SEP.

CUARTO: EL MUNDO DE LAS DROGAS
Dentro de este cuarto artículo se resaltan estas frases como especialmente ofensivas y que deben ser objeto de tutela, como es la afirmación de que los psiquiatras "trabajan arduamente día a día, ocupándose de engañarnos y atraparnos en el mundo de las drogas...". En este artículo vuelven a criticar "la labor de los psiquiatras al negarles autoridad y la eficacia de sus tratamientos y por la utilización de drogas para tratar todo tipo de los denominados trastornos mentales".

El juicio de este punto por parte del tribunal se mantiene, aunque también llama la atención el reconocimiento de los magistrados de la dureza de los términos empleados contra estos profesionales. El fallo dice que aunque "quizás usando unos términos duros y ácidos", al final "todo ello se enmarca dentro de la crítica sobre los trastornos sociales en todos los campos de la vida que, a juicio del autor de la publicación, producen los fármacos". Así que reiteran que "la colisión entre los derechos fundamentales se debe inclinar hacia la libertad de expresión".

Y ASÍ HASTA EL ARTÍCULO SIETE
Los otros tres contenidos que se denuncian son una carta a los médicos de Atención Primaria, otra a los Estudiantes de Medicina y un artículo escrito por el abogado Luis de Miguel Ortega, titulado Psiquiatría, pseudociencia y sanidad pública. Los documentos insisten en las mismas ideas, que se resumen en negar la evidencia científica de la Psiquiatría y en que la medicación nunca llega a curar la enfermedad ni el trastorno. Consideran que "la Psiquiatría se ha convertido en un sistema de control social".

La conclusión final de la Audiencia viene a decir a la Sociedad Española de Psiquiatría algo así como que ¿de qué se sorprenden? A final, las afirmaciones que estas organizaciones tienen en sus páginas web son "meras consecuencias o deducciones de principios ya defendidos por las diversas corrientes antipsiquiatría que existen y que creemos que son perfectamente conocidas por los miembros de la asociación demandante".

Sobre las expresiones más ácidas y vejatorias contra los psiquiatras, que los magistrados admiten que existen en estos artículos, responden que "van ligadas directamente al objeto legítimo que podría ser protegido por la libertad de expresión". Es decir, no son punibles.

Con la lectura de la sentencia, la indignación de los psiquiatras ha crecido. Sin embargo, desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), antigua SEP, han respondido a este periódico que han presentado un recurso a la sentencia ante el Tribunal Supremo y que, por lo tanto, al tratarse de un proceso judicial abierto no quieren hacer más declaraciones.

Announcing new youth advisers, Guterres praises their ‘unrelenting’ drive for climate justice

UN Secretary-General António Guterres this week announced the names of seven young climate leaders selected to serve on his Youth Advisory Group on Climate Change.
Their role is to act as climate justice advisers and push for the acceleration of bold climate goals based on their diverse expertise and grassroots work, across the different countries they represent.

The announcement was made as the Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) gathers in Switzerland to wrap up its crucial Synthesis Report, europeantimes.news the first since the Paris Agreement was signed in 2015 by 193 countries.

It’s expected to confirm that the world is not on track to mitigate climate change, but some of the findings show we can still keep global warming below 1.5 degrees Celsius, if dramatic emissions cuts can be made across different sectors.

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